Yoga significa Unión. Entre tú y el cuerpo, la mente, el alma. Entre tú y el todo. Se trata de una práctica milenaria de almenos 5.000 años de antiguedad originaria de la India, diseñada para cultivar el equilibrio y la consciencia a nivel físico, mental y emocional.

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¿Cuál es mi forma de entender el yoga?

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El yoga va mucho más allá de las posturas, para mí es una gran herramienta de autoconocimiento, conciencia y transformación y así procuro siempre compartirlo.

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La práctica del yoga nos aporta herramientas que nos permiten empezar a mirar hacia adentro. De este modo, podemos ir transformando nuestra percepción y la forma de relacionarnos con uno mismo y todo lo que nos rodea. Con perseverancia, la práctica nos permite cultivar un estado de presencia, calma y bienestar, no sólo sobre la esterilla, también en la vida diaria. Nos acerca a una mirada más compasiva, respetuosa y humana. Nos acerca a nuestro centro y esencia genuina.

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Como bien dice el sutra 1.2 de Patanjali: yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente.

 

Y es que de esto se trata el yoga: aprender a encontrar el equilibrio mental e interno dentro de la esterilla, en cada postura, en cada respiración, en cada meditación... para después poderlo encontrar fuera, en la vida . El objetivo no es la práctica en sí, la práctica es simplemente el medio de aprendizaje para poder vivir desde una mente serena y clara. El Yoga es descubrirnos todos los días y entender que aceptar la impermanencia es el único camino hacia lo permanente: nuestro verdadero ser.

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En las sesiones que comparto trabajo a través de una práctica integral que incluye el cuerpo, la mente, la respiración. Comparto tres estilos diferentes que me llevan acompañando desde hace años: Hatha Yoga, Yin Yoga y meditación mindfulness / técnicas de meditación budista. Todos con sus propias características pero con un mismo fin: transitar el camino hacia nuestro interior y bienestar.

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